Hay quien cree que, con el estallido de internet y sobre todo de las redes sociales, los medios de comunicación ya no son lo que eran. Y es verdad que en los últimos años han tenido que reinventarse para adaptarse a las nuevas formas de consumo de información. El proceso no ha sido fácil. Pero pese a todo se mantienen en el pódium de la relevancia, la credibilidad y la reputación. Y es que, saliendo en medios, se obtiene una notoriedad difícilmente alcanzable por otros canales. Si te fijas, verás que incluso las empresas netamente digitales acaban acudiendo a los medios tradicionales con campañas e informaciones, porque estar ahí tiene un valor añadido, y ellas lo saben.
Te podríamos citar encuestas que muestran la importancia de estar en los medios, que las hay y muchas, pero mejor te vamos a hablar de nuestra experiencia porque es sencilla pero muy esclarecedora. Cada vez que uno de nuestros clientes sale en prensa, ocurre la magia: ¡sus teléfonos y correos electrónicos echan humo con mensajes de gente que los ha visto!
Como te explicamos en otro post, estar en los medios es algo que está al alcance de todos. Tu empresa también puede y debe hacerlo, pero no te lances a lo loco, ¡no todo vale! Los periodistas, y las relaciones con ellos, tienen su propio código. ¿A que no te pondrías a llevar un barco sin conocer las señales y códigos básicos de navegación? Pues para llevar las relaciones con los medios, también hace falta conocer su lenguaje. Tirarse a la piscina de cualquier manera puede ser muy poco eficaz, diríamos que hasta contraproducente.
Vamos a darte tres claves esenciales sobre qué esperar cuando entres en contacto con cualquier redacción. Son lo que nosotras llamamos las 3P que definen hoy día las relaciones con los periodistas. Y es que ¡cómo están los medios! Los periodistas de hoy son personas orquesta: tienen que acudir a convocatorias de prensa, coger declaraciones, hacer entrevistas, revisar y priorizar las informaciones que llegan, redactar sus informaciones, adaptar las piezas para la web, grabar los clips para los canales sociales del medio, destacar los datos para una infografía, preparar temas para el fin de semana… todo ello con pocos recursos y a toda castaña. La primera P define su día a día: la precariedad.
Te puedes preguntar: “¿y con este panorama, les va a quedar sitio para escucharme?”. La respuesta es ¡¡sí!! ¡Ayúdales! Ofréceles material de valor, pero valor de verdad: dales información de relevancia y preséntasela de manera clara. ¡Pónselo fácil!
La segunda P está relacionada con algo que seguro que conoces a la perfección de tu empresa, y es que, como tú, quieren diferenciarse de sus competidores. No les des lo mismo a todos: invierte tiempo en conocer qué caracteriza cada medio y cada periodista, qué programas o secciones tiene, qué tipo de información suele cubrir, y adapta tu propuesta a lo que ellos buscan habitualmente. Esta segunda P, de personalización, requiere experiencia y conocimiento, y también tiempo, no te vamos a engañar… para ganarse a un periodista hoy día, ¡hay que estar ahí!
Y llegamos a la tercera P, que también te sonará. Porque los medios son empresas y, como la tuya, necesitan que les salgan las cuentas. Por eso a veces no basta una buena gestión de gabinete de prensa para tener un espacio, sino que hay que pagar el peaje (la tercera P) de la publicidad. De hecho, esto se ha convertido ya en una parte del código que mencionábamos antes, y es que es habitual que desde la redacción te deriven a publicidad o al departamento de branded content (o contenidos patrocinados). ¡Sin dramas! Si tu historia es buena, cuéntala, aunque hoy te toque pagar algo. Las relaciones con los medios son bidireccionales, hoy te doy yo, mañana me das tú… hay que verlo como una inversión para construir a largo plazo.
¿Quieres convertir tu información en noticia y aportar valor al periodista, pero no estás segura de cómo hacerlo? ¡Para eso estamos las Ns, déjalo en nuestras manos!